Después del Tsunami

Fue una noticia sorprendente, e imagino que durante un rato compartí mi estupor con la mayor parte de la población. Luego, a medida que las novedades iban llegando, y sobre todo cuando se llevaron detenidos a Teddy Bautista y a su equipo, caí en la cuenta. Lo que realmente me sorprendía no era el cariz de las acusaciones, sino el hecho de que el viejo pirata hubiese dejado cabos sueltos que permitieran su caída. Fue gracias a aquella historia de mi adolescencia: por aquel entonces Teddy triunfaba como cantante de Los Canarios hasta que se separó del grupo y sus ex-compañeros lo llevaron a juicio por la propiedad del nombre. Ganó Teddy. Al parecer, había tenido la precaución de registrarlo por su cuenta y riesgo. Ya a sus veintitantos, el tipo conocía muy bien el percal.

Una semana después de las elecciones y las detenciones, la Sgae se tambalea sobre un paisaje arrasado por el tsunami. Creo que es un buen momento para la reflexión y el análisis.

Lo primero que se me ocurre tiene que ver con las elecciones y, más concretamente, con los resultados de las mismas. Por un lado, destaca el hecho de que la candidatura colectiva llamada DOM no haya conseguido ni un solo puesto en la nueva Junta Directiva a pesar de haber obtenido un 43% de los votos. Aunque, por muy chocante que esto pueda parecer, igualmente significativo me parece lo que pueda derivarse del resultado obtenido por Enric Gomá, único candidato individual, apoyado por los Guionistas Vascos y demás integrantes de FAGA (Federación de Asociaciones de Guionistas del Audiovisual).

Enric ha obtenido un apreciable 14% de los votos, resultado que, por un lado, muestra la solidez asociativa de los guionistas, aunque por otro causa cierta inquietud a nada que uno haga unos pocos números. Veamos: si la candidatura DOM ha obtenido el 43%, la candidatura ganadora habrá conseguido el 57%. Pero el 14% obtenido por Enric significa que alguien de la candidatura ganadora, en concreto un guionista, sólo habría obtenido… ¡el 43%!

¿Empate técnico? ¿Cuestión de décimas? Y si es así, ¿cuáles fueron los resultados exactos? ¿Demasiado complicado para que lo entendamos los de Letras? Lo único claro es lo oscuro que resulta todo este proceso electoral  comenzando por el propio reglamento, rancio y censitario, que no democrático, pues concede a los “terratenientes” de la cultura el exclusivo derecho a votar como premio añadido por haber sido agraciados con unos buenos ingresos.

En todo caso, puede que mi reflexión resulte inútil si un juez acepta la anunciada impugnación de los resultados electorales o si, como un grupo de autores ha reclamado, se celebra una asamblea extraordinaria como primer paso para la refundación de la Sgae. Llegado ese caso, una de las primeras cosas que será necesario refundar es, precisamente, el reglamento electoral, sobre la sencilla ecuación democrática de 1 socio = 1 voto, como ya se está proponiendo desde algunos ámbitos.

La otra reflexión del día la hago volviendo la mirada hacia nuestra propia candidatura representada por Enric Gomá. Ha sido el suyo un resultado interesante, especialmente porque convierte a Enric y a los que le apoyamos, las asociaciones englobadas en Faga, en un grupo de opinión dentro de la Sgae, llámelo lobby quien lo prefiera, nada desdeñable y al que otros deberán tener muy en cuenta en el futuro. Cabría preguntarse si no hubiera sido mejor coaligarse con otros en vez de acudir en solitario, pero más positivo que acertar a toro pasado será hacerse la misma pregunta mirando al futuro, sea para sumarse a iniciativas que ya se estén produciendo o vayan a producirse como respuesta a la caótica situación de la entidad, sea como estrategia ante las nuevas elecciones que se celebrarán, plausiblemente, a corto o medio plazo.

 

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